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Algunas ofertas de premios y loterías que vienen por
correo son fraudulentas. Engañan a los consumidores
haciéndoles creer que las ofertas son legítimas. Utilizan
trucos llamativos, tales como certificados elaborados,
números de inscripción oficiales o sobres que parecen
telegramas. No importa cómo se empaqueten, sin
embargo, estas ofertas le costarán dinero.
Premios sin valor
Usted puede estar seguro de que no va a ganar ningún
premio con un nombre de marca, dinero en efectivo o
un bono del gobierno. Los premios como joyas y relojes
son basuras, las vacaciones son en realidad certificados
de vacaciones que apenas valen el papel en el que están
impresos y los shopping sprees resultan ser cupones
que son buenos sólo si usted hace una compra.
Los vendedores a veces intentan hacer que los
consumidores compren productos o servicios a precios
excesivos para poder reclamar los premios sin valor. Los
filtros de agua resultan ser pequeños discos de plástico.
Las vitaminas y los cosméticos se pueden comprar en
una tienda local por mucho menos dinero. La
protección para las tarjetas de crédito a menudo se
vende, pero la ley federal ya protege a los
consumidores contra cargos no autorizados en las
tarjetas de crédito perdidas. Algunos tele vendedores
animan a la gente a comprar bolígrafos u otros
productos con mensajes antidrogas. Las escuelas locales
y la policía pueden obtener ese material en otro lugar, a
un costo muy reducido.
Ley de ofertas de premios
La ley de Wisconsin (sección 100.171, Estatutos de
Wisconsin) regula las ofertas de premios no solicitadas
dadas a las personas en Wisconsin. Bajo la ley, los
vendedores no pueden solicitar o aceptar ningún pago
por promociones de premios antes de proporcionar una
notificación del premio por escrito que contenga:
El valor de venta verificable de cada premio.
Las probabilidades de ganar cada premio.
Cualquier gasto de envío, gestión u otros gastos
que se deben pagar.
Cualquier requisito de asistir a una presentación de
ventas.
El nombre y la dirección del vendedor y el
patrocinador.
Cualquier limitación o condiciones para recibir el
premio.
La ley incluso especifica la forma en que estas
declaraciones se deben presentar, incluyendo su
ubicación en la oferta y el tamaño y tipo de letra. Por
ejemplo, las probabilidades deben estar en la inmediata
proximidad de cada anuncio de un premio y el tipo de
letra debe ser del mismo tamaño e igual de llamativo
que el del premio.
Si una empresa viola esta ley, una demanda puede ser
presentada pidiendo restitución para los consumidores
y confiscaciones civiles de hasta $5,000. Las violaciones
intencionales del estatuto pueden resultar en delitos de
primer grado, que conllevan multas de hasta $10,000 y
tres años y medio de prisión. La ley también incluye un
remedio privado. Esto significa que usted puede ir a la
corte y ser elegible para una indemnización de $500 o el
doble de la cantidad de su pérdida, lo que resulte
mayor, más los costos y honorarios de abogados.
Protéjas
Incluso las promociones de premios que cumplen con la
ley pueden no valer la pena. Recuerde, si usted tiene
que pagar para ganar un premio, no es muy buen
premio. Estas son algunas de las precauciones a tomar:
No pague una tarifa de gestión ni proporcione un
número de tarjeta de crédito o información sobre
sus ahorros o cuenta corriente para ganar un
premio.
No transfiera un pago electrónicamente ni envíe
un cheque a través de un servicio de mensajería
sin verificar referencias y comunicarse al
Departamento de Protección al Consumidor.
Si usted recibe una notificación por correo, tírela.
Si la oferta le llega por teléfono – ¡cuelgue!
Por último, si usted pierde dinero por un tele vendedor
fraudulento – ¡QUÉJESE! La mayoría de las personas se
sienten avergonzadas y no lo denuncian. Eso permite
que el estafador victimice a otras personas en su
comunidad.
Si usted ha perdido dinero por un tele vendedor, tenga
cuidado con las empresas privadas que pueden
comunicarse con usted y ofrecer ayuda para conseguir
un poco de su dinero de vuelta – por un costo. Las
agencias gubernamentales no cobran por ese servicio.
Esto se conoce como una estafa de "sala de
recuperación", y un consumidor angustiado que baja la
guardia podría llegar a perder aún más dinero.